PRENSA LIBRE

Artículos, escritos por Rosa María PALACIOS MC-BRIDE en Perú 21.

domingo, 20 de mayo de 2007

Una soberana estupidez

A nueves meses de gobierno, las crisis ministeriales ya tienen un patrón:

1) El ministro se convierte en un soberano estúpido (palabras de nuestro presidente al referirse al ministro Garrido Lecca).
2) La prensa lo descubre.
3) El presidente lo flagela en público.
4) El ministro asegura que nunca supo nada bajo el lema "más vale estúpido que condenado" (¿esa no la había patentado Fujimori?).
5) El ministro "toma medidas severas": llama a la Contraloría y despide a un número indeterminado de desconcertados funcionarios.
6) Se declara que el estresado ministro, oficialmente, ha cometido un error. El presidente lo bendice urbi et orbi (reconozcamos que la salida de Pilar Mazzetti fue un costo del perfeccionamiento de la técnica).
7) Gran Final: La oposición, de juguete, a lo más, lanza un cohetecillo y Meche Cabanillas les dispara un cañonazo.
8) Epílogo: Mensaje a la prensa crítica a través de la que, siempre solícita, se presta para eso: "O miras el futuro conmigo o circulo tu file con tu pasado fujimontesinistacaviar sazonado con unos cuentitos más de tu vida personal, ¿estamos?".

Yo pregunto: ¿qué habría hecho el Apra si durante el ministerio de Rospigliosi la Policía hubiera disparado a matar contra una turba en Chimbote con el saldo de un muerto? ¿Qué hubiera hecho Rafael Rey, por poner un ejemplo, si descubría que Carlos Ferrero compraba dizque publicidad en La Razón para que le voltearan notas de prensa a su favor? ¿Qué hubiera pasado con la oposición a Toledo si Waisman firmaba un acta con los cocaleros suspendiendo la erradicación? O, más bonito, ¿se imaginan al Apra frente a 'Popy' comprando camionetas sobrevaluadas? ¿Al Apra frente a la contratación de Pandolfi efectuada por PPK? ¿Se imaginan? Mínimo, ministro censurado.

No se puede culpar al Gobierno de tener la oposición que tiene. A quien Dios se la dio, San Pedro se la bendiga. Pero sí es bueno, desde la prensa, recordarle al Gobierno que la democracia se hace de pesos y contrapesos y que, cuando estos no existen, vamos por mal camino.

La interpelación, la censura, la fiscalización, son mecanismos democráticos que no ofenden a nadie y sirven de remedio a los horrores (¿errores?) políticos de los ministros.

Lamentablemente, la prensa está sustituyendo la labor de fiscalización de la oposición y al Gobierno le está comenzando a fastidiar mucho.

Están perdiendo la correa y el sentido del humor. La presentación del primer ministro ante el Congreso da cuenta de ello. Ahora resulta que apoyar una interpelación es apoyar una humillación del mismo modo que, como lo es para el vicepresidente, una citación judicial. La arrogancia de la justificación de los 'errores' tiene, sin embargo, un efecto peor: la pérdida de la vergüenza.

Las cochinas mermeladas del ministro Garrido Lecca son indefendibles y, si son una "soberana estupidez", entonces que el soberano comience a actuar con "soberana lucidez".

Mientras tanto, la prensa independiente, a la que quieren embarrar, va a seguir peleando por informar a su audiencia. Ni se asusta ni se vende. Por si acaso. Alto, claro y en público.