PRENSA LIBRE

Artículos, escritos por Rosa María PALACIOS MC-BRIDE en Perú 21.

domingo, 24 de junio de 2007

Papeletas lexicográficas* para un diccionario de lenguaje político

Decisión política

1. Frase usada para justificar actos irracionales pero populares que aspiran a un futuro retorno en votos. La común expresión "esa fue una decisión política" se utiliza, por ejemplo, cuando se gasta mal o en exceso el dinero público, se dan amnistías, se privilegia a algunos, se nombra a incapaces o se viola la ley para "un fin superior" que solo el político conoce.

2. La expresión "faltó decisión política" se utiliza para señalar que el político se acobardó y no actúo de la manera irracional que se le exigía. Es decir, por ejemplo, no construyó la carretera que no llevaba a ninguna parte o decidió que el saneamiento de una calle era más importante que la plaza de toros o el palacio municipal.

Error
Decisión política inmoral o ilegal o delictiva. La invocación del error sirve, por ejemplo, para justificar el nombramiento de un funcionario incapaz o inhabilitado o suscribir actas con cocaleros que violan tratados o para sobrevaluar patrulleros o ambulancias o contratar publicidad camuflándola en los contenidos informativos de un periódico para levantar la imagen del Ministro. El error también se ha invocado utilizando la expresión "ha sido una soberana estupidez".

Precísase
Conjugación del verbo precisar utilizada en normas legales para corregir, de forma retroactiva (y, por lo tanto, ilegal), los errores de las decisiones políticas. Alude a que el error no existe y que solo es necesario precisar la norma para que en su interpretación esto quede claro. Último y socorrido recurso para evitar la cárcel.

Ley de nepotismo
Norma que prohíbe al funcionario público contratar a sus nietos o a su abuelo, pero que le permite meter a trabajar al Estado a sus concuñados, a la conviviente de su hijo, a la sobrina de su mujer, a su amante o a su empleada doméstica. Es "perfectamente legal", como diría Al Capone.

Emergencia
Situación de absoluta normalidad en la que se apela a la existencia de una inexistente emergencia para poder usar normas de excepción que permiten gastar más, mal y, pretendidamente, a toda velocidad.

Gestionar
Verbo utilizado por los congresistas que descubren, al ser elegidos, que no tienen ni iniciativa de gasto ni ejecución del mismo. El verbo gestionar equivale a presionar, hacer lobby o negociar. Aunque la ley lo prohíbe, a falta de cumplimiento de su oferta electoral que siempre contiene obra pública, el congresista promueve decisiones políticas y no es responsable de sus consecuencias.

*Con el perdón de Ricardo Palma

lunes, 11 de junio de 2007

A falta de shock, buena es la emergencia

El publicitado 'shock' de inversiones fracasó porque el Ejecutivo no pudo invertir, en los plazos establecidos, el íntegro de lo aprobado. Lo que es peor, destapó una serie de corruptelas que favorecieron precios sobrevaluados, postores únicos y, en general, un trato poco competitivo. Por citar un ejemplo, en el programa Agua para Todos se permite que el 100% de las obras, en las localidades fuera de Lima, sea entregado al mismo postor, aunque este cambie de nombre para evitar ser identificado.

Así se aprende, nos dijeron voceros del Ejecutivo. Errores, fruto de la buena voluntad, dijo algún ministro en apuros, recordando la excusa más usada del actual presidente para justificar su anterior gobierno. Entonces, se prometió una revisión del procedimiento de contratación de selección abreviada que tantos problemas había traído, así como un mayor control de las ventanas de oportunidad para la corrupción.

¿Y qué pasó? Muy por el contrario, el Gobierno publicó este jueves un decreto de urgencia que declara en emergencia la ejecución de diversos proyectos de inversión. La palabra 'emergencia', amada por la burocracia (tiemble cada vez que la lea, porque su plata corre el riesgo de irse por el caño), no es más que un eufemismo -¿cuál es la emergencia?, ¿alguien sintió el cataclismo?- que equivale a la licencia para hacer prácticamente lo que les dé la gana en materia de contratación de obra pública. Para que no quede duda, el decreto aplica a todos los procesos de obra pública que se declaren "prioritarios" el ya famoso procedimiento de selección abreviada que nos iba a garantizar tener patrulleros y ambulancias sobrevaloradas.

Aunque en el Gobierno se crea lo contrario, las demandas sociales en el interior del Perú no tienen relación directa con la ejecución de obras públicas, pero sí con problemas de gestión como, por ejemplo, no haber aprobado oportunamente la contratación de maestros en Cusco y Loreto.

El Perú no necesita carreteras donde no hay vehículos, hospitales donde no hay enfermos o escuelas donde no hay niños. Peor aun, tampoco necesitamos costosísimas irrigaciones para incorporar tierras a mercados agrarios con precios diminutos debido a la sobreproducción de cultivos.

Pero todo ello se podría ejecutar debido a la falta de análisis de la rentabilidad social de esas obras, lo que poco parece importar a un gobierno que, escaso en logros sociales, está desesperado por exhibir lo que sea.

Y al ortodoxo ministro de Economía, ¿le metieron el gol en su ausencia? ¿Se tragará el sapo? Veremos en los próximos días.

domingo, 3 de junio de 2007

Amor al chicharrón

Estuve 15 días de vacaciones. Cuando me fui, parecía que el premier se salvaba de la interpelación que le tocaba, como mínimo, por cometer la burrada de designar en un cargo público a un personaje que él mismo inhabilitó.

Al que más bien dejé en una situación precaria en el puesto, dada la gravedad de su conducta como beneficiario de las 'mermeladas' contratadas para mejorar su imagen, era al ministro de Vivienda, Hernán Garrido Lecca. Sorpresas te da la vida. Llegué a Lima y el interpelado era Del Castillo. ¿Cómo quedó la votación para aprobar la interpelación de Garrido Lecca? 29 a favor, 28 en contra (obvio, los apristas) y ¡25 abstenciones! ¿Ausentes? 38 congresistas en fuga.

¿Abstencionistas y ausentes? Casi todo el nacionalismo y la UPP. ¿Y la anunciada censura? No se habló más. Reviso periódicos de días posteriores y el asunto ¡desapareció!

¿Qué pasó? Dos explicaciones pueden ayudar a comprender tanta magnanimidad del Congreso con el ministro de la imagen mejorada. La primera, y más simple, es que se mueren de envidia. Efectivamente, tener contratado a un periódico, por más desprestigiado que sea, debe ser el sueño de algunos políticos.

Tal vez, exonerando al ministro, piensan (¿?) que quede el precedente para que ellos puedan hacer lo mismo. Es más, ¿por qué no aprobar un proyecto de ley para legalizar la 'mermelada'? Disculpen la amoralidad, pero es la única explicación racional para entender la conducta de todos los congresistas que se abstuvieron de votar. ¿Cómo te puedes abstener frente a la inmoralidad de comprar contenidos para que, engañando a tus votantes, pases como información lo que es publicidad? Siendo amoral, no cabe otra.

La segunda explicación viene en una genial caricatura de Juan Acevedo en la que el ministro camina por un pasillo cargando baldes de agua que le reclaman desde distintos cuartitos de un identificable solar.

Porque el agua para todos del ministro se puede convertir en fotos y en inauguraciones para todos. ¡los congresistas! ¿Y no es mejor si se paga (con nuestro dinero) para que el cherry ya no solo incluya al ministro sino también al congresista en su localidad? Faltaba más; donde entra uno, entran dos. ¿Lo habrá ofrecido así el ministro? Dice el primer ministro que no. Le dejo a usted, lector, decidir si le cree.

Suerte la de Garrido Lecca. Solo un consejo, señores congresistas de UPP y el PNP, después de apañar esta porquería, absténganse de hacer el ridículo dando lecciones de moralidad pública. ¿O ante la vergüenza rectificarán, como ofreció el congresista nacionalista Werner Cabrera -ante la pregunta que le hice en Prensa Libre- que no podían sostener la incoherencia de su postura?

Tiempo hay, veremos si hay ganas.